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Entrevista a Jimena Herrera

Hace algunos años, Jimena cuidaba a sus sobrinos. Mientras iba en el auto, se dio cuenta que no les gustaba usar el cinturón de seguridad porque era incómodo. En el 2014 creó el primer cubre cinturón que daría fin a sus problemas y que además sería el inicio de Sofity, su emprendimiento dedicado a la creación de accesorios para vehículos y viajes.

Hobby: La chocolatería

Lugar preferido para trabajar: Mi comedor

Emprendimiento que admires: Cupcake The Shop, GreenGlass

Comencé por casualidad, tengo dos sobrinos que ya son grandes, tienen 15 y 18, pero hace seis años atrás cuando eran más pequeños, mi hermana trabajaba y yo los cuidaba. Cuando los iba a buscar al colegio y los llevaba a su casa, me di cuenta de que en el trayecto se sacaban el cinturón porque les molestaba el cuello. Un día, en un frenazo, ellos se cayeron, no fue nada grave, no les pasó nada, pero sí se asustaron, querían colocarse el cinturón pero decían que les dolía. 

Jimena, quien se considera una persona muy creativa, decidió buscar una solución. Desde pequeña fue una aficionada por las manualidades y en ese entonces había terminado un curso de costura, por eso, se le ocurrió crear algo con sus propias manos. 

—Les hice unas almohadas protectoras con forma de peluche. Así partió todo, mis amigas empezaron a encargar y a todo el mundo le gustó lo que había hecho. 

Debido a la popularidad del invento en su círculo cercano, Jimena que en ese entonces estaba cesante, vio una oportunidad y se lanzó al mundo del emprendimiento, pronto comenzó a recibir encargos, vender y participar en ferias. 

A pesar de su motivación, su pyme era un segundo ingreso para ella. Seguía trabajando part time en una tienda de cupcakes en Viña del Mar porque su emprendimiento no generaba muchas ganancias y tampoco estaba formalizado.

—Berni, mi jefa de la cafetería, es emprendedora y me dio el dato de la Asech. En ese entonces, me ayudó un chico y gracias a él supe cómo armar todo, aprendí cómo se constituían las sociedades y manejar un negocio. Aún así seguía sin atreverme, continuaba trabajando en otras cosas porque yo vendía muy poco. Así fue hasta que me gané un capital abeja. Después de eso decidí formalizar mi negocio y dedicarme al 100%.

Con el tiempo, Jimena comenzó a expandir su línea de productos, creó distintos accesorios para los vehículos como: cubre volantes, bolsas impermeables y más.

—En esa época mi hermana trabajaba en Quillota y en el viaje de ida y vuelta se empezó a dar cuenta de cosas que necesitaba. Ella pasaba más tiempo en el auto que en cualquier otro lugar, entonces quería tenerlo ambientado a su manera. 

Para Jimena, la pandemia la ayudó a dar un salto con su emprendimiento. Tuvo la oportunidad de entrar al retail y comenzar a vender a través del marketplace de Sodimac. 

—Me arregló el panorama porque me pude ordenar, a través de Sodimac pude entrar a Falabella y en marzo del 2021 comencé a vender en Ripley gracias a una alianza con Asech. Ahora, todos los meses las ventas llegan solas, empecé a tener más estabilidad. Ya no hay meses buenos y malos, ahora todos son buenos. 

El año pasado decidió expandir su negocio y creó una segunda marca llamada Herrera y co.

—En realidad, tuve un problema, desde el principio fue Softy, porque las almohadas para el cinturón eran blandas, pero el año antepasado cuando estaba en el capital abeja, mandando todas las cosas a hacer, me llama por teléfono para decirme que querían la marca porque iban a sacar una línea con un nombre parecido. Yo no la tenía registrada, pero sí poseía el dominio. 

Me hicieron una demanda a través de NIC y cuando pagué la renovación del dominio me llegó un correo para avisar que debía presentarme a este juicio. Pregunté cuánto tiempo se demoraba el resultado y me dijeron que hasta siete meses dependiendo de la pelea. No lo podía creer, ya tenía armada toda la imagen corporativa de Softy, el diseñador tenía todo listo y solo tenía que mandar a imprenta. 

Muy pocos abogados ven el tema de marca, a través de la Asech una abogada me dijo que era complicado y que ellos podían ganar el caso. Allí decidí cambiar el nombre por Sofity, que suena fonéticamente distinto. 

El año pasado cuando quise registrarlo en la INAPI, resulta que había otra marca llamada “Sofidry” que la tenían registrada bajo las clasificaciones que yo quería, todo lo que era tela, podía registrarla igual pero me iban a cuestionar, así que perdí la marca, pero nace Herrera y co.

¿Cuál fue tu motivación para emprender?

—Yo lo vi como una guía de Dios, cuando quedé cesante, le pedí que me mostrara por dónde avanzar. La verdad es que en los trabajos nunca me sentí del todo cómoda, igual los disfrutaba, lo pasaba bien y me colocaba la camiseta, pero sentía que podía dar más y no me dejaban. 

Tiendo a ver los problemas y los quiero solucionar, ya sea creando un servicio o producto. Con el tiempo me fui dando cuenta que yo tenía un trabajo pero tenía que aprender a explotarlo, yo podía desarrollar mi labor, haciendo lo que hago bien.

¿Cómo divides tu tiempo entre el emprendimiento y la vida personal? 

—Trato de armar mi horario de trabajo como si fuera una empresa normal. Pero una de las cosas que me encanta es que me puedo organizar como quiero, comparto mucho con mi mamá, hacemos hartas cosas juntas y emprender me permite ordenar mis tiempos para poder acompañarla. Cambio una hora en la semana y no sé, la compenso el fin de semana o me quedo hasta más tarde. 

Al principio me costó la verdad, por estar en la casa sentía que no trabajaba y que no hacía nada. Soy una persona muy creativa y eso me hace muy dispersa, me distraía montones y no rendía. Yo creo que recién hace dos años atrás me hice un horario, fui a una capacitación de una abogada y ella decía que la empresa no eres tú, es otra persona con otro rut, ahí empecé a entender, a organizar y armar mi rutina. 

¿Cuál ha sido el mayor desafío? 

—Tomar la decisión de lanzarme al 100%, eso ha sido lo más difícil para mí y lo acepté por fe. No sabía que iba a pasar más adelante, pero me decidí y dije “no busco más trabajo”. Llega fin de mes, no tienes tantas ventas y piensas ¿qué hago? ¿sigo con esto? Los primeros años trabajabas en otras cosas, veo que a la mayoría de los emprendedores les pasa, queremos estar amarrados a algo fijo, pero yo no podía estar dividida, sentía que estaba trabajando para dos personas y necesitaba enfocar mis esfuerzos en una. 

Fue una decisión difícil, salir totalmente de la comodidad a la incertidumbre. 

¿Cómo te gustaría ver a Sofity en un futuro?

—Lo quiero ver debajo de Herrera y co. Quiero que esa marca sea el gran paraguas que contenga a Sofity y otra más que estoy creando. Este año voy a estudiar diseño de vestuarios y es un sueño para mí, cuando niña soñaba con eso. Estoy haciendo algunas prendas, camisetas de primera capa pero más bonitas y espero lanzarlas en marzo. Pretendo que a futuro la marca que estoy registrando integre a las otras dos.

¿Qué le dirías a alguien que está pensando en emprender? 

—Cuando le digo a alguien que yo emprendí, siempre me dicen “también quiero”, creo que todos tenemos un emprendedor dentro. Les recomiendo que no lo hagan solos, siempre hay que buscar ayuda, inscribirse en todas las organizaciones que existen y estar siguiendo las noticias del mundo emprendedor porque puede salir una oportunidad. 

También es importante que no realicen una idea solo porque lo soñaron, sino que en verdad sea algo que alguien necesita. Mi emprendimiento no nació de la locura, sino que estaba resolviendo un problema que yo identifiqué.

Entrevista publicada en Asech Chile